El libertario deberá despedir a Francisco directamente en el funeral porque cuando arribó a El Vaticano ya habían cerrado las puertas del velatorio público.
El presidente Javier Milei arribó a Roma este viernes con la intención de rendir homenaje al papa Francisco, pero su llegada coincidió con el cierre del velatorio público en la basílica de San Pedro, impidiéndole participar en el último adiós al pontífice. El avión presidencial ARG-01 aterrizó en el aeropuerto de Fiumicino a las 19:00 hora local (14:00 en Argentina), justo cuando se clausuraban las puertas del templo vaticano, que durante días recibió a cientos de miles de fieles.
Mientras líderes mundiales como Emmanuel Macron y Luiz Inácio Lula da Silva se hicieron presentes en la basílica para despedir al Papa, Milei se dirigió directamente al hotel donde se alojará hasta el funeral programado para este sábado. La ceremonia, que contará con la presencia de decenas de jefes de Estado, culminará con el traslado del féretro a la basílica Santa María la Mayor.
La relación entre Milei y Francisco ha sido compleja. Antes de asumir la presidencia, el mandatario argentino había criticado duramente al pontífice, calificándolo de “imbécil” y “representante del maligno en la Tierra”.
La ausencia de Milei en el velatorio público contrasta con la presencia de otros líderes latinoamericanos. Lula da Silva, acompañado por una comitiva que incluyó a la ex presidenta Dilma Rousseff y altos funcionarios brasileños, expresó su respeto y admiración por Francisco. Macron, junto a su esposa Brigitte, también rindió homenaje al pontífice en la basílica.
Tras el funeral, Milei tiene previsto regresar a Argentina inmediatamente, con una estadía en Roma que será breve y centrada exclusivamente en la ceremonia fúnebre. Su participación en el funeral será su única oportunidad para despedirse del Papa argentino.