Con un anfiteatro colmado, cerró una nueva edición de la Fiesta del Chamamé

Los de Imaguaré fueron el número principal anoche, mientras que el sábado el Bocha Sheridan fue quien se llevó, como es habitual, la mayor ovación en un Cocomarola a pleno.

La Fiesta Nacional del Chamamé cerró en la noche de ayer, domingo 26, ante un marco multitudinario de público que se acopló al anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola en las últimas tres jornadas. Esto fue debido a la suspensión de la séptima noche por condiciones climáticas, lo que derivó en una reprogramación de la grilla de artistas y horarios.

El instituto de Cultura publicó que las entradas se encontraban agotadas y el evento comenzó a partir de las 19.30, mientras que las puertas del Cocomarola se abrieron una hora antes.

La Fiesta Nacional del Chamamé de 2025 fue la cuarta edición que se realiza desde que este género musical fue declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por parte de la Unesco. Con un promedio de más de 20 artistas provenientes de Paraguay, Brasil y Uruguay que pisaron por noche el Osvaldo Sosa Cordero.

Una presentación emotiva

Matías Galarza, el hijo del Zorzal, se presentó en los primeros minutos del día sábado en la Fiesta Nacional del Chamamé. Con un tiempo estimado de diez minutos cantó clásicos como Triste partida y Amar y sentirse amado para tener un cierre con Volver en guitarra. Esa canción se volvió un himno tanto para los músicos como para aquellos que cantan chamamé en una reunión o en un festival folclórico. La emoción le ganaba por momentos a este cantante, a un punto que pidió que el público lo acompañe en la interpretación. Era merecida la convocatoria de este cantor después de haber pasado varios meses internado por un problema de salud, sabiendo que el chamamé nos alegra y cura el alma.

Un verdadero cuarteto

José Álvarez Grupo fue el primer conjunto que formó parte de la televisación minutos después de las 20.30. Lo acompañaron su hijo Aníbal en el acordeón, con las voces y guitarras de Richard Vallejos y Sebastian Aguilera, todos bajo la dirección de José Álvarez. El repertorio de este cuarteto fue muy diferente como cada año, regalándonos títulos como Motivo correntino, Aquella ausencia y A Berto Cian para finalizar con un homenaje a Gabino Chávez con el chamamé Soy de Félix Chávez.

Merecía un tiempo más

Verónica Noguera es una cantante nacida en la ciudad chaqueña de Las Palmas. Durante los primeros minutos fueron visibles los problemas técnicos que sucedieron a lo largo del evento por el corte del micrófono. Sin embargo, esto no impidió que, después de la resolución, pueda interpretar Río rebelde y Aquel ayer, junto a su hija Victoria Aramí, para tener un cierre con Claudio Maciel. Con este cantor todo terreno realizó un justo homenaje a Catalino Verón rescatando El duende picaflor y Mi guitarra negra. El clima pedía una obra más, pero la injusticia a veces reina en aquellos músicos que hacen bien las cosas, retirándolas del escenario de manera inesperada.

Con una total ovación

El sábado fue la noche de Santiago Bocha Sheridan, que se ganó una ovación constante del público en el anfiteatro Cocomarola. Con obras como Viejo Caá Catí, Oh che gente cuera, dedicado especialmente a Mario Bofill y Lejana flor, para realizar un paréntesis en homenaje a Gabino Chávez mencionándolo en el escenario y entrecerrando sus ojos con obras como Nostalgias camperas y María Elena. También tuvo la gentileza de invitar a Eduardo y Néstor Lo, y Los Caminantes para cantar unos verdaderos clásicos del chamamé.