Javier Milei se reunió con Xi Jinping y dejó de lado una propuesta de campaña

Fue durante el G20, desarrollado en Río de Janeiro, Brasil. Milei también se encontrará con funcionarios del FMI y de India.

Cerca de las 11, Javier Milei y Xi Jinping se encontraron en el Hotel Sheraton, donde el líder chino se encuentra alojado, para trazar una hoja de ruta que no solo atienda las necesidades económicas de Argentina, sino que también fortalezca los intereses de Beijing, que avanza con su ofensiva geopolítica en América Latina. La reunión, que duró 30 minutos, se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad.

Este encuentro oficial marca un giro pragmático en la postura de Milei, quien hasta hace poco era escéptico sobre establecer vínculos diplomáticos con el régimen comunista de China. De hecho, durante la campaña electoral de 2023, y aún hace un año, el entonces candidato había afirmado que no tendría relación alguna con Beijing si llegaba a la Casa Rosada. “No hacemos pactos con comunistas”, declaró en octubre de 2023, descartando cualquier acercamiento con regímenes como el de Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Nicaragua o China.

El pragmatismo político que ahora exhibe Milei responde a una serie de recomendaciones de su entorno económico, particularmente de Luis Caputo, su ministro de Economía, y Santiago Bausili, presidente del Banco Central. Argentina enfrenta una grave debilidad estructural en sus reservas, y China desempeñó un rol fundamental en ese aspecto al ofrecer un swap de 5.000 millones de dólares, con libre disponibilidad. Milei, con su conocimiento en economía y finanzas, comprendió que sin esa asistencia financiera, el escenario podría volverse insostenible.

A la reunión con Xi asistieron también Karina Milei (secretaria General de la Presidencia), Gerardo Werthein (ministro de Relaciones Exteriores) y Luis Caputo. Posteriormente, Milei se reuniría con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), para continuar las negociaciones económicas.

La relación entre Milei y Xi está marcada por profundas diferencias ideológicas, pero la necesidad de dinero fresco condujo al jefe de Estado argentino a poner sus principios a un lado. Durante la campaña, Milei había sido explícito sobre su rechazo al comunismo y a la influencia de Beijing, pero la realidad económica del país lo empujó a reconsiderar su posición. Argentina necesita recursos, y China tiene la capacidad de ofrecerlos, a cambio de una serie de concesiones geopolíticas que Pekín vino buscando desde la administración de Mauricio Macri y que continúan bajo el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

Entre las prioridades de Xi figuran proyectos emblemáticos como las represas hidroeléctricas en el sur, la construcción de centrales nucleares en Buenos Aires, la creación de un puerto de aguas profundas en Tierra del Fuego, el control de la Hidrovía y el acceso ilimitado a los recursos naturales de Argentina, como el cobre y el litio. La estrategia china es paciente y persistente, con una presión constante que, tarde o temprano, lleva a Beijing a obtener lo que desea.

Milei se enfrenta ahora a un difícil equilibrio. Si bien tiene opciones financieras, también está condicionado por el inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La relación entre ambos es excelente, pero Trump siempre pondrá los intereses de Estados Unidos por encima de todo. Si el presidente republicano decide avanzar contra China, como prometió en su campaña, Milei podría verse limitado en su capacidad para satisfacer los términos que Xi exige en este intercambio.

El líder chino expresó su deseo de retomar las represas de Santa Cruz, un proyecto de gran importancia estratégica para Beijing, pero Argentina enfrenta un obstáculo: la falta de recursos. No obstante, Milei podría estar dispuesto a ceder, si eso garantiza la continuidad de los acuerdos financieros con China. Por su parte, el presidente argentino buscará ampliar los mercados comerciales del país y mantener el acceso al swap de 5.000 millones de dólares como una pieza clave en su plan de ajuste económico.

En paralelo, Milei se encuentra en plena negociación con el FMI. El gobierno argentino tiene poco más de un mes para definir los términos de un nuevo acuerdo, pues el actual plan de Facilidades Extendidas vence a fin de año. Sin embargo, la exigencia clave del FMI es que, si Argentina levanta el cepo financiero, podría recibir un desembolso adicional que fortalecería las reservas del Banco Central. Luis Caputo rechazó esa exigencia, lo que retrasó las negociaciones, pero la llegada de Trump apuró los tiempos de manera inesperada. Milei, por su parte, planea utilizar su relación con el presidente electo de Estados Unidos para presionar al FMI.

“Milei sabe que Kristalina tendrá que ceder”, comentó a Infobae un alto funcionario cercano al presidente, en referencia a la relación de amistad que une a Milei con Trump. Argentina y el FMI tienen solo 32 días para cerrar un acuerdo, ya que después Washington entra en modo de parálisis por las fiestas de Navidad. Mientras tanto, Milei no tiene apuro. Resiste la tentación de devaluar y juega su carta con Trump de acuerdo a sus necesidades financieras.