Viruela Símica: volver o no a las restricciones, dependerá de todos

Volvámonos amigos del alcohol en gel, del lavado de manos y fundamentalmente de advertir cualquier anormalidad en el cuerpo. Por el bien propio y de los demás.

Una paciente me preguntó en consulta – por control habitual de su hipertensión – si es cierto que volveremos al confinamiento, – tal lo ocurrido con la pandemia del COVID-19-, por la enfermedad conocida como “Viruela del Mono”.

Como tengo confianza con ella, le pregunté donde escuchó o vio esa información. Me contó que su nieta lo había visto en la red social Tik Tok, relatándome con lujo de detalles que, incluso, practica una coreografía con la música que identifica a la pandemia. “Mi nieta dijo que vamos a volver a estar aislados y tengo mucho miedo”, me confesó con evidente preocupación, lo que a la vez me dio indicio del posible motivo de su presión alta.

Le aclaré a ella y también es bueno contarle a la sociedad, que todo aislamiento o confinamiento es decisión del Estado, lo cual, no ha ocurrido al día de la publicación de este artículo. Y opino, que dicha medida extrema, seguramente dependerá en gran parte, de nuestros cuidados.

Sí, es cierto, que hay casos autóctonos en el país. Es decir que personas se han infectado sin haber estado en otro país. No viajaron, en otras palabras.

Ahora bien, yo siempre digo, que la mejor herramienta para combatir cualquier enfermedad es la información, por eso, agradezco esta posibilidad de colaboración con la prevención sanitaria.

La “viruela símica”, o la “viruela del mono” como más se la conoce, denominada también “mpox” por la Organización Mundial de la Salud, es una enfermedad causada por un virus que se propaga principalmente a través del contacto estrecho de humano a humano.

En algunos casos, la transmisión puede ocurrir también a través de objetos y superficies que haya tocado una persona infectada (como con el COVID y otras enfermedades).

¿Cómo comienza a manifestarse? Puede ser de variada manera, pero lo más evidente son zarpullidos en cualquier parte del cuerpo, picazón, fiebre, mialgias, malestar en general, dolores musculares, inflamación de ganglios, entre muchos síntomas.

Su incubación (desde el momento del contacto) es de 3 a 7 días y la aparición de los síntomas puede ser de 2 a 4 semanas, con pequeñas ampollas. Las primeras lesiones pueden ser pustulosas (tipo acné, foliculitis o llagas con pus) y luego pueden aparecer costras (o escaras) que son sangre seca, pus o líquidos cutáneos en la superficie de la piel.

Subrayo que se contagia de persona a persona, lógicamente incluye esto al contacto directo con lesiones en cualquier parte del cuerpo de la persona infectada (genital, boca, etc).

Se conoce hasta el momento dos vacunas, de las cuales no se demostró aún la efectividad, por lo cual no podemos hablar mucho de ellas.

Ni bien surge la sospecha de un caso de viruela símica, el profesional médico indica el aislamiento respectivo (en domicilio o centro asistencial, de acuerdo a las particularidades que se presenta) y se evalúa constantemente la evolución del paciente. Si todo marcha bien, de dos a cuatro semanas, podría estar recuperado.

En casos graves puede haber secuelas como ceguera y cicatrices permanentes en la lesión de la piel. Y puede ser mortal si se complica el sistema respiratorio.

Hay que decir que en la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen por sí solos en pocas semanas con tratamientos sintomáticos.

Los recién nacidos, los niños, las embarazadas y las personas con inmunodeficiencia — como las que tienen una infección por el VIH avanzada — pueden correr más riesgos de padecer síntomas más graves, por lo que hay que tener un estricto control en la evolución de la enfermedad.

En todos los casos, volvámonos amigos del alcohol en gel, del lavado de manos y fundamentalmente de advertir cualquier anormalidad en el cuerpo. Por el bien propio y de los demás.

Y como le dije a mi paciente: apréndanse la coreografía del Tik Tok. Bailen, rían. Suelten los miedos. El cuidado personal, es la mejor prevención.